Friday, February 29, 2008

"Sultanlar Askina"

A modo de ilustración de la anterior entrada, mostrar una visión para nosotros atípica que hace unas semanas dió el que debe de ser en Turquía un conocido grupo musical, Can Attila. El motivo no es otro que echar un vistazo a otra concepción de esa jornada de 29 de mayo de hace casi 555 años, una visión que puede sernos extraña y lejana cuando detrás de ella y de su materia subyace una cuestión que alcanza hasta las raíces de nuestra civilización, ignorada o no, pero presente, al igual que para el resto de culturas y civilizaciones que les atañe directamente, con la diferencia de que su presencia goza de diferente protagonismo y trato.

La reconstrucción del asedio no tiene desperdicio, al igual que el intento de dar una imagen de la Constantinopla del momento, con sus edificios más emblemáticos, algunos hoy aún presentes. Únicamente mencionar que sobre la gran columna debería estar la estatua de Apolo con la cabeza de Constantino, cuya presencia si no me equivoco permaneció inviolada desde el 11 de mayo de 330, cuando se constituyó la ciudad como la Nova Roma, hasta tal día. Pero no por todo ello ha de pasar desapercibida la letra, de ahí que suba una versión subtitulada en inglés. Lo siguiente es objeto de reflexión individual, pues la colectiva no pasa de ser meramente deseada. Ecce est:



Y con esto espero concluir el pequeño homenaje a la Patria huérfana, como acertadamente cierto autor la denominó.

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Saturday, February 09, 2008

La Saga de un Álvarez de Toledo

El origen de este famoso linaje castellano, hoy conocido con el título de Duques de Alba, se remonta al siglo XI. El fundador de esta familia se encontraría en la figura del arzobispo don Gutierre Álvarez de Toledo, primer señor de Alba por Juan II, y posteriormente duque de la misma. Sin embargo, la genealogía de este formal fundador de la famosa casa nobiliaria se remonta al siglo XI, cuando el linaje de los Álvarez de Toledo tiene su inicio legendario en la persona Pedro de Toledo, el mítico Pedro Paleólogo, conde de Carrión, por medio de su matrimonio con Jimena Núñez, estableciendo las cuatro ramas de esta familia.

Llamará la atención este apellido, y es que Pedro Paleólogo no es ni más ni menos que el hijo (o hermano, como también se le ha considerado) del bizantino emperador Isaac Comnemo, aquel que iniciará la etapa que llevaría a un nuevo período de esplendor de los vestigios romanos. ¿Qué demonios hacía aqui? Según la tradición habría partido desde Oriente para unirse al emperador Alfonso VI, prestándole su auxilium para la conquista de la simbólica ciudad de Toledo.

Pero hay un elemento más legendario si cabe a añadir al hecho (insisto, legendario) de que un familiar directo del que iniciaría la breve restauración de la grandeza del Imperio de Oriente sobre los segundos invasores y los musulmanes viniera a las entonces más que lejanas tierras peninsulares para prestar sus servicios al rey que recuperaría para la Christianitas, como entonces se decía, la simbólica capital romana y visigoda de Hispania.
Y es que tres siglos y medio después, en 1453, hay constancia en las crónicas de que un miembro de este linaje, don Francisco Álvarez de Toledo, partió a las tierras del fundador de su casa en defensa y socorro del que será último emperador oriental: Constantino XI Paleólogo. Se hará a la mar acompañado de aquellos caballeros que quisieran defender el último resto formalmente romano, y por ello tan simbólico como sabría toda la Cristiandad cuando lo perdiera, en un viaje que se esperaba sin retorno.

Así, no solo hubo un granito de ayuda española (pues no solo estaba presente este noble castellano y sus caballeros, sino parece ser que también aragoneses) en la última defensa de la Segunda Urbe bajo las mismas murallas que resistieron a los hunos y godos, sino que un legendario descendiente de un emperador bizantino volvería a su tierra a defender, como hizo antaño su antepasado, la permanencia y recuperación de lo que aún en la mentalidad colectiva era Roma, codo con codo con un undécimo Constantino que dejó de lado los atavíos imperiales por las armas de sus soldados, muriendo como su pueblo y junto a su pueblo.

La leyenda que envuelve la muerte de su último emperador, casualmente llamado igual que aquel que la vió nacer, daría para otra entrada.

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Tuesday, February 05, 2008

Y ya lo dijo el gran Eric Arthur Blair, más conocido por su pseudónimo como George Orwell:

"We have become too civilized to grasp the
obvious. For the truth is very simple. To survive you often have to
fight, and to fight you have to dirty yourself. War is evil, and it is
often the lesser evil. Those who take the sword perish by the sword, and those who don't take the sword perish by smelly diseases."

"Nos hemos vuelto demasiado civilizados para ver lo evidente. Porque la verdad es muy sencilla: para sobrevivir, a menudo hay que luchar; y para luchar, hay que mancharse las manos. La guerra es mala y es, con frecuencia, el mal menor. Los que tomen la espada, perecerán por la espada; y los que no la tomen, perecerán de apestosas enfermedades.", en "Rememorando la Guerra Civil", final del capítulo I.

Aplicado a pequeña escala constituiría una buena lección para todos.

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