Sunday, November 23, 2008

La Epopeya de Gilgamesh

Este soberano de la ciudad mesopotámica de Uruk en torno al 2.650 a.C, Gilgamesh, es el protagonista de la Epopeya o Gesta más antigua, hasta ahora, de la Humanidad, anterior a la Ilíada y la Odisea, o la Eneida. Tal es el rango de este personaje real e histórico (corroborado por ejemplo en la Lista Real Sumeria (c. 1900 a.C.)), que ya en el 2600 a.C. aparece divinizado, siguiendo mecanismo tradicional de los sumerios para ensalzar la figura de sus más importantes héroes o más famosos individuos (algo semejante a la divinización de los Emperadores en Roma).

Esta epopeya, saga, aventura, gesta o poema gozará de una tradición viva de unos 1500 años, ¡milenio y medio de contínua traducción!: En torno al siglo XVIII a. C. se pueden encontrar las tablillas más antiguas, y la más reciente será la Tablilla X de la versión ninivita o reciente, en Babilonia, del 250 a.C.. Extraeremos una serie de fragmentos del texto traducido de Jean Bottéro, del que podemos ver lo cercanos que se nos pueden hacer 3.700 años, ¡qué bien pronto se dice!. Al margen dejamos el relato del Diluvio Universal o de otros tantos versos que nos resultarían más que familiares.

- El inicio de la Epopeya, en su versión ninivita, merece una mención:

"Voy a presentar al mundo a Aquel que todo lo ha visto,
Ha conocido la tierra entera, penetrado en todas sus cosas,
Y en redor explorado todo lo que está oculto,
Excelente en sabiduría, todo lo abarcó con la mirada,
Contempló los Secretos, descubrió los Misterios,
Nos ha incluso contado sobre antes del Diluvio.
De vuelta de su lejano viaje, agotado, pero apaciguado,
Grabó sobre una estela todos sus trabajos.
Hizo edificar los muros de Uruk la de los cercados
Y los de del Santo Eanna, ¡sagrado tesoro!.
Mira esta muralla, prieta como una red de pájaros,
Contempla este zócalo, ¡inimitable!,
Toca esta losa del umbral, traída de tan lejos.
Acércate al Eanna, residencia de Ishtar,
Que ningún rey posterior, nadie, pudo jamás imitar.
Sube y camina sobre la muralla de Uruk,
Escudriña sus cimientos, contempla su enladrillado:
¿No está hecho todo ésto en ladrillo cocido?
¿No pusieron acaso las bases los Siete Sabios en persona?
Trescientas hectáreas de ciudad, otro tanto de jardín,
Otro tanto de tierra virgen: tal es el patrimonio del templo de Ishtar.
¡Con estas mil hectáreas abarcas con la mirada
los enteros dominios de Uruk!
Ve ahora a buscar el cofrecillo de cobre (esto es, el depósito fundacional)
Manipula en él el anillo de bronce,
Abre en él el pomo del secreto,
Y extrae la tablilla de lazulita, para descifrar
Cómo este Gilgamesh superó tantas pruebas.

Excepcional monarca, célebre, prestigioso.
Audaz retoño de Uruk, Búfalo de cuerno terrible,
Precedía a su gente, cabecilla,
O bien les seguía, como refuerzo para los suyos.
Poderosa arma de guerra, Protector de sus tropas,
Masa de agua embravecida que derriba incluso los muros de piedra:
Tal era el hijo de Lugalbanda. Gilgamesh, de extraordinaria fuerza,
El hijo de la Vaca sublime, Ninsuna la Búfala,
Tal era Gilgamesh, perfecto, deslumbrante,
Aquel que abrió los pasos de las montañas,
Excavó pozos en la nucna de los montes,
Cruzó el mar, el Mar inmenso, hasta allí por donde sale el Sol,
Y exploró el universo entero buscando vida sin fin,
Poderoso, atrevido hasta encontrarse con Utanapishti el lejano (el superviviente del Diluvio Universal)
Restaurador de los Santuarios que había destruido el Diluvio.
Entre la muchedumbre de los Hombres nunca ha habido uno
Que pudiera rivalizar con él en soberanía,
Y declarar como él: "El Rey soy yo, yo solo".
Este Gilgamesh, desde su nacimiento era insigne.
Dios en dos tercios, en un tercio, hombre..."

- A la hora de matar a Humbaba, una poderosa criatura que goza de enormes poderes, Enkidu, fiel amigo de Gilgamesh, le pide que entre en razón y vea la imposibilidad de vencer a este invencible ser. Ésta es la respuesta que le da Gilgamesh, en la versión antigua (Tablilla de Yale):

"¿Quién puede, amigo mío, trepar hasta el cielo?
Allí solo viven los dioses en compañía de Shamash, para siempre.

Los Hombres, en cambio, tienen sus dias contados;

Todo lo que ellos hacen no es más que viento.
Tú mismo, aquí presente, si temes morir,
¿Qué se ha hecho de tu valor?
Partiré, pues, delante de ti:
Tú solo exhórtame "Ánimo no temas",

Si muero al menos habré alcanzado la fama.

'Gilgamesh', dirán, 'se lanzó al combate
Contra Huwawa el feroz'
Y tú (Enkidu), nacido en la estepa,
A quien los leones han acosado, tú debes comprender todo esto.

Me das pena;
sea como fuere he decidido ir a cortar sus Cedros,
Logrando por mí mismo eterna fama.
"

- La partida de Gilgamesh de su ciudad, Uruk, hacia el Bosque de Cedros de Huwawa, también en la versión antigua (Tablilla de Yale):

"Al difundirse la noticia la población se congregó,
Dejando estallar su júbilo por las calles de Uruk, la de las encrucijadas,

Cuando Gilgamesh escuchó este ruido de alborozo,

Y vió por las calles de Uruk, la de las encrucijadas,

A la población reunida en torno a él,

Habló de este modo a las gentes de Uruk, la de las encrucijadas:

"Deseo encontrarme con Huwawa, el Feroz,

Ver a ese ser sobrenatural del que tanto se habla,

Y cuyo nombre se conoce en todo el mundo.
Deseo vencerlo en su Bosque de los Cedros,

Mostrarle así al mundo

El valor y cuán poderoso es un hijo de Uruk,

Con mi mano cortaré los Cedros,

Logrando así por mi mismo Eterna Fama".

Pero los Ancianos de Uruk, la de las encrucijadas,

Replicaron a Gilgamesh:

"Gilgamesh, tú eres joven, tu corazón te arrastra,

y no comprendes el alcance de lo que vas a hacer.

Nosotros hemos oído hablar de este Huwawa monstruoso:

¿Quién podrá enfrentarse a sus armas?

Rodear su Bosque son seiscientos kilómetros,

¿Quién podrá penetrar en él?,

Huwawa: su grito es el Espanto,

Su boca es de Fuego, su aliento, la Muerte,

¿Por qué se te ha metido en la cabeza semejante aventura?

Es un combate imposible, éste de llegar a la guarida de Huwawa".

Cuando Gilgamesh hubo escuchado las palabras de sus Consejeros,

Miró a su amigo riendo:
"Ahora, amigo mío, esto es lo que he de decir:

Aunque tenga miedo de él, iré

Y me enfrentaré a él."

[...]
La población estalló en júbilo,

Una vez que los Ancianos escucharon esta declaración,

Los Jóvenes le interpelaron:
"Ve, Gilgamesh, que [].

Que Shamash, tu dios protector,
te acompañe
y te conduzca al triunfo".

Bottéro, Jean, La Epopeya de Gilgamesh, Akal Oriente, 1998 (2007)

Muchos otros pasajes merecerían ser citados, como el encuentro con la Tabernera tras haber muerto su compañero Enkidu, y tras cuya muerte Gilgamesh inicia su verdadera gesta de buscar la inmortalidad, huyendo de la muerte que en su compañero Enkidu había visto tan próxima, o su encuentro con el mismo Utanapishti, único mortal que logró la inmortalidad por su supervivencia al Diluvio, que vivía en el extremo del mundo. Éste le hará saber la imposibilidad de huir de la muerte y le llama a vivir una vida apacible, feliz y lo más larga posible, finalizando así el poema.

Con estos tres fragmentos ya podemos esbozar y darnos cuenta de lo cercana que nos resulta esta añeja obra y lo poco que hemos cambiado en nuestra esencia aún habiendo pasado más de tres milenios desde que aquellos caracteres cuneiformes tomaran un perfil definido.

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2 Comments:

Blogger Paco Martín Blázquez said...

Magnífica obra literaria esta epopeya. Personalmente, me ha parecido mucho mejor que muchas de las obras que he tenido el gusto de leer.

Aparte de eso, sorprende gratamente el uso de temas y las formas de pensar de gentes que vivían hace 4000 años, con una serie de inquietudes vitales y existenciales dignas más de la problemática posterior, que de un mundo en el que se originaba una gran guerra por el control de un campo de cebollas.

Aparte, de todo el componente mágico mitológico que alberga, que le hace muy superior a muchas obras de la actual literaura fantástica y épica. Toda una joya no sólo de la antigüedad, sino ya de la literatura universal. Épica.

3:59 pm  
Blogger Drancos said...

Pues si, fausto, ¡Que nos haya llegado tiene un mérito merecido y no es casualidad, sin duda alguna!

Y tiene delito que no enseñen estas joyas hasta que unos pocos lleguen a los círculos universitarios...

8:17 pm  

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