Tuesday, March 24, 2009

Historia, las Humanidades y los tiempos del Plan Bolonia

No suelo subir este tipo de entradas, pero a uno ya le hierve la sangre. Este domingo entre legañas, encendí la caja tonta, que bien poco la veo en Granada, y tardaron bien poco en saltar por los aires. En la 2 había un debate sobre el aborrecido tema de Bolonia, en el espacio dedicado al Congreso. Aquellos que cubrían la mesa se mostraban indignados: los estudiantes se quejan sin sentido y sin saber qué dicen, ¿ya podrían informarse no?. Todo el nuevo plan era maravilloso: mayor comptetitividad y formación profesional productiva. Pero claro, siempre pasa igual y se obvia lo más evidente, ¿dónde está el verdadero significado de la Universidad, y qué va a quedar de él con esta nueva mejora?

Una de las principales defensas que tiene Bolonia es que va a facilitar la movilidad y reconocimiento del título de cualquier estudiante en toda Europa, junto con una salida más directa y enfocada al mundo empresarial. Total, como actualmente la mayoría del personal salido de la Universidad va a parar a empresas, ¿qué mejor cosa que enfocar la Universidad a esa salida laboral? Sin embargo, a los gobiernos y expertos se les debe de estar olvidando una de las principales características de la institución universitaria: la formación cultural e individual de cada estudiante como persona, como ser humano, dado que va a ser parte de la élite de su nación una vez finalice sus estudios, y no solo el mero poseedor de unos conocimientos cuyo único fin es el de la empresa. ¿Qué queda de los valores morales y obligaciones éticas que conlleva ser depositario de ese conocimiento adquirido en la Universidad?

Lamentablemente ya en las carreras de ciencias puras este sentido humanístico, formador y que lleva aparejado un deber con la sociedad que le brinda esos conocimientos y a la que debe retribuirle los frutos de su formación, se ha perdido. Solo quedan algunos resquicios en las carreras de Humanidades (de las que Historia tiene mucho que decir y contar, junto a otras como Filosofía, Sociología o Antropología, de las que la propia Historia no es ajena, por muy menospreciada que esté actualmente), pero, ¿qué demonios va a quedar de ellas ahora? ¿Se pretenden mejorar rebajando las asignaturas que van a quedar a menos de la mitad de lo que son ahora, es decir, a 6 créditos ECTS? Y pretenderán que, si hoy falta tiempo para abordar de forma aceptable y digna una Historia Contemporánea, de 9 créditos, probablemente en un cuatrimestre el nuevo alumno salga mejor formado.

Trabajando en casa se expandirá el conocimiento del alumno y aumentará sus aptitudes. Para eso pagamos a la Universidad, para acabar como en la UNED: recoger un mero título administrativo, no un fruto personal interior. Ahora, decidme cómo se traga uno esto en las carreras de verdadera raíz humanística, donde verdaderamente el aprendizaje viene cuando escuchas el discurso de unos profesores magistrales, de una larga trayectoria, experiencia y especialización, que en palabras van a poder no solo decirte el contenido de aquella bibliografía infinita e inabarcable que jamás podrá un estudiante por sí solo abordar ni siquiera desde el principio por carecer de conocimientos previos, sino aportar su propia reflexión personal y profesional que durante toda su vida han labrado pacientemente.

La pluralidad de optativas, de profesores y la presencia del tiempo necesario para asistir a sus clases y asentar estos conocimientos bajo reflexión individual y comparativa del discurso de cada uno de ellos requiere una madurez que necesita más de los tres meses de materia mal explicada, inmadura, simple y con prestura (mal que hoy existe, y que irá a peor). El actual sistema poco tiene de virtuoso, pero al menos logra enriquecer a un alumno en su espíritu, valores y principios humanos. Y es que, para mal o para bien, ese fue el espíritu con el que nació la Universidad y que aún hoy parece que perdura, languideciendo. La cultura, como un árbol, se siembra, se riega y se le ayuda a madurar para aportar sus frutos a una mejora del mundo en el que vive, no solo de su sociedad o de la economía de esa sociedad. Desde luego, eso no se consigue sin el tiempo ni los conocimientos profundos y a la vez sintéticos necesarios, que solo un profesor con el debido tiempo y su debida formación te puede aportar. Hay que enseñar a pensar autónomamente y a dotarse de un bagaje, no a mandar trabajos que cada alumno-empleado copie y pegue, ya que no le queda más remedio: no tendrá tiempo de hacerlo dignamente, ni con su formación bachilleril creo que pueda hacer un trabajo de los Graco cuando se dará Roma en tres meses y medio. Ese trabajo simplemente le sirve para aprobar unos creditos que llevan a un título, no a empaparse de conocimientos.

Total, la base de todo esto es que aquí lo que se pretende no es dotar al alumno de una cultura, sino de hacerlo un ser inculto que crea inocentemente que es culto. Es la sombra del concepto de la productividad y utilidad tal y como se concibe hoy día. Y los de Letras solo van a ser unos muertos de hambre, sin cabida en el mundo dominado por la empresa, y por ello, del mundo del capitalismo (sí, que yo llege a estar utilizando estos términos poco frecuentes en mí es para tacharme de judeomasónico), del materialismo, donde poca cabida tiene el espíritu humanístico. ¿Para qué queremos valores, para qué queremos enriquecer la mens? Sin valores ni principios, el hombre pierde su esencia, su libertad, simplemente se convierte en un ignorante. Pero, qué coño, estudia ciencias, gana un buen sueldecito y derrocha tu tiempo en el Caribe o dejando que la televisión ocupe tu tiempo de ocio y, quién sabe, quizás también tus ratos de conversación con los amigos o tu propio estado emocional. Y si te puedes quedar en la Universidad mejor: dentro de un año trabajarás menos, tus alumnos trabajarán más y tú cobrarás lo debido. No seas un meapilas.

He querido transmitir un detalle: Bolonia está hecha en su integridad precisamente para las carreras enfocadas a la empresa, arrinconando a todas aquellas que tengan en su razón de ser mejorar a la persona, a la sociedad, y hacerla culta. Señores, que ya el maestro Dominguez Ortiz dejó bien clarito que en la Edad Moderna en España, la población era analfabeta pero culta, ¿acaso creemos que la alfabetización lleva aparejada la cultura? Sin ir ambas de la mano, la alfabetización acaba haciéndo justicia al sentido con el que nació: el de ser un mecanismo privilegiado de dominio de la población, es una fuente de poder. La escritura era uno de los medios más efectivos de ejercer el poder desde que se comprendió su capacidad en Egipto y la Baja Mesopotamia. Esto, lamentablemente, otros compañeros el año que viene no creo que lo lleguen a estudiar: no les dará tiempo. Pero su título valdrá, como mínimo, lo mismo.
Y total, habiendo televisión y siendo la fuente principal de información de todo ciudadano, estamos servidos.

Que no, que hoy día cada vez más cosas tienen un valor económico asignado, y la mercantilización del saber es lo siguiente. Al fin y al cabo, este impulso que le ha dado Europa a Bolonia beneficia a toda democracia: la cultura es peligrosa, y hay que tener cuidado de aquél que esté formado. Asi que, cómo no, se establece una reforma de toda la Universidad europea, sin diálogo y por imposición, a larg o plazo pero que en 2010 ya quedará cerquita, con una magnitud geográfica tal que una simple huelga de un día en una Facultad es poco menos que esperpéntica, inocente e inútil. Ya está firmado, y como siempre, tan cómodos como somos, a última hora nos damos cuenta de lo que nos viene encima.

Yo, cuando hago mi matrícula, estoy pagando para que una serie de profesores me enseñen sus conocimientos, respondan a su trabajo y profesión y yo adquiera un título finalmente que refleje los frutos que he cosechado en mi formación cidudadana durante mis años de carrera, y que me permitirán moverme en mi vida futura. No pago más de 600 euros al año en matrícula para tener que trabajarme yo mismo la asigantura y que después se me diga por parte de un profesor que ni siquiera me ha explicado como debe su asignatura, "está mal". Añadiendo, para colmo, que Historia quedará en 10 optativas, siendo el resto materiasl obligatorias y encauzadas, con un sentido además de paternalista, controlador y direccionista, no vaya a ser que te salgas del redil y quieras ampliar tus conocimientos más allá del empobrecimiento que se va a hacer de las materias, por mucho que me vendan que se incluirá filosofía y geografía en mi carrera como asignaturas troncales (¿acaso ahora no puedo cogerlas como Libre Configuración, que para algo sirve, por mucho que también la critique?). Para eso, es mejor irse a una carrera de ciencias y leerte los libros de los trabajos de cada asignatura, durante 4 años, cuando te jubiles.

En nuestros tiempos parece que el título nos honra, cuando lo que debemos honrar al título y todo lo que lleva aparejado ese papelito del que nos apropiamos egoístamente, como privilegiados universitarios que somos. Una sociedad debe defender al individuo y dotarle de una formación humana que debería darse antes de la propia Universidad, pero no aislarlo de su mundo, haciéndolo más maleable y vulnerable a manipulaciones. Sin calidad de formación, a uno no le queda nada con que defenderse ni ser consciente de lo que vive y piensa. Simplemente es un tronco más en el río, aguas abajo.

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3 Comments:

Blogger Drancos said...

Y, tras todo esto, lo último que queda por decir es que no critico, para nada, la labor de los profesores y miembros del consejo de Facultad de Filosofía y Letras; es más, considero que a ellos les ha tocado la carga más pesada: la de aguantar a nivel personal la presión de una crítica dirigida a ellos y no a los verdaderos causantes de esto, los políticos, y la de adaptar todas unas carreras al nuevo plan establecido.

1:09 am  
Blogger Paco Martín Blázquez said...

Y razón no te falta. Bolonia supone la muerte de la finalidad que, durante 800 años han prestado las universidades, la de transmitir el conocimiento de maestros a discípulos.

Por mucho que camuflen que Bolonia permite que el alumno trabaje, necesitaría una formación de base mucho más elaborada y específica, y no un conjunto de generalidades que le hacen dudar de a qué dedicarse en esta vida si decide entrar a este horroroso mundo de la universidad. El que el alumno se busqe la vida, y que además, pague esta forma de buscarse la vida con una mínima orientación y aprendiéndolo todo por papelotes en vez de por transmisión oral no hace más que deshumanizar la relación que puede entablarse entre personas, una de las cualidades que también permite esa relación maestro-discípulo.

Razón tienes también en puntualizar que muchos de nuestros profesores no tienen culpa de que el sistema que ha impuesto la oligarquía dominante de este mundo liberalizado y alienado nos ha impuesto en pos de sus necesidades, no sólo haciéndonos formarnos mal, sino además de formarnos en lo que les interese.

Si antes el futuro de muchos universitarios estaba negro, con Bolonia, sin duda, está desintegrándose en la boca de un agujero negro para ser pasto de su atracción gravitatoria. Pero, desgraciadamente, ya es tarde, y poco o nada podremos hacer por solucionarlo.

¿Quizás, con una nueva transición de modelo, se nos salvará el pescuezo? Primero habría que ver si no nos acabamos desintegrando en una cruzada contra el terrorismo, los comunistas o los positivistas.

8:33 pm  
Blogger Drancos said...

Pues sí, fausto... Estamos tan acostumbrados a cambios lentos, graduales y que afectan a la raíz de lo que tocan sin que seamos conscientes, que cuando te quieres dar cuenta los principios sobre los que se sustenta y que parecían intocables cambian completamente, y para mal la mayoría de las veces.

5:57 pm  

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