Monday, September 22, 2008

La Astronomía en Tolkien

Como bien refleja la reflexión que hizo el diario The Guardian la misma contraportada del Silmarillion en su versión castellana, "Asombra que un solo hombre, en poco más de medio siglo de trabajo, haya llegado a convertirse en el equivalente creativo de todo un pueblo". Y es que el carácter del pensamiento de Tolkien se ha llegado a convertir en una verdadera categoría de estudio, hasta el punto de llegar a ser objeto de masters en el propio Reino Unido, elevándolo, si no al rango de ciencia, si al rango de una disciplina científica. Dentro de la extensión de su vasta obra, muchos han estudiado los caracteres de la concepción de su mitología a través de los diferentes campos que se reflejan en sus obras, como es desde la filología, la sociología, la teología, la antropología, la mitología europea en sus diferentes vertientes e, incluso, la misma astronomía, entre tantas otras.

El mundo que Tolkien plasma en su obra no es sino un intento, desde la mitología y todo lo que la caracteriza, de explicar la historia de nuestro Orbe real, a semejanza de aquellos "érase una vez" que todos los pueblos de nuestra Historia forjaron en sus preguntas. Ello queda patente tras la tercera parte de su obra cumbre, cuyo final conectaría con el inicio de nuestros días.

Así, del mismo modo que los mitos reales en sus historias y personajes, queda plasmado el espíritu, la mentalidad y la cultura del pueblo que la desarrolla. Es esa segunda dimensión que tanto se tiende ahora a arrinconar e ignorar en la Historia: la parte humana y subjetiva, patente en el carácter aleccionador de los mitos, que ejercen el papel de maestros ejemplarizantes, manando de ellos unos valores que impregnan toda la concepción. Y los libros de Tolkien no son menos: como mitos, son donde el filólogo anglosajón plasmó a lo largo de sus páginas sus inquietudes, reflexiones y su mentalidad: una biografía del espíritu, en este caso de un individuo en lugar de un pueblo.

Por esta concepción de su mundo, la astronomía en Tolkien se desarrolla sobre la base de nuestro cielo celeste. Partiendo de esta base real, va construyendo las historias que explicarían su orígen y formación, como realiza la actual concepción clásica de la bóveda celeste.
Parte de las estrellas se encontraban entonces ya creadas desde que Eru Ilúvatar hiciera el universo, Arda, pero muchas otras las concebiría Varda o Elbereth, un espíritu primigenio que, ante la inminente llegada de los Hijos de Ilúvatar, quiso aligerar las tinieblas del mundo para estas criaturas. Gustaría dar aquí unas breves notas sobre la teología de Tolkien, mas no es el lugar. Con todo, en el Silmarillion Tolkien relata como esta "diosa" tomaría el rocío de Telperion, uno de los dos primeros árboles, que gozaban de luz propia y que los espíritus primigenios crearon para enmendar la oscuridad que Melkor hizo caer sobre el mundo, al destruir sus primeros luceros: dos altas lámparas, situadas al norte y al sur de Arda (Melkor, más tarde, envenenaría estos árboles, y entonces vendría la creación de nuestro Sol y de nuestra Luna).

Varda tomaría estas gotas plateadas de Telperion y con su brillo haría estrellas nuevas y más brillantes que las anteriores, mucho más débiles y distantes, las cuales Varda también reorganizaría. Y estas estrellas serían lo primero que los Hijos de Ilúvatar verían al llegar al mundo, reflejadas en el lago donde nacieron.

En un resumen esquematizado, éstas serían las estrellas, constelaciones y cuerpos celestes de Tolkien:

Constelaciones:

- Wilwarin, Mariposa: Cassiopeia.
- Telumendil, Amante de los Cielos: Géminis, Varda la creó para dar compañía a nuestro Gigante Orión. Podría tratarse también de Tauro.
- Soronúmë, Aguila del Oeste: Aguila, o también Lira. Incluso podría tratarse de Cisne.
- Menelvagor o Menelcamar, Espadachín de Hielo: Orión. Su cinturón presagia la última Batalla, en la que el mundo habrá de cambiar.
- Valacirca, Hoz de los Valar: Osa Mayor. Para los llanos medianos, es una pipa. Varda aparece como su creadora, pero también Aulë, el cual, mientras forjaba en su taller, en uno de sus golpes saltaron una serie de astillas que conformaron esta constelación.
- Remirath, Red de Estrellas: Pléyades.
- Anarríma, Guirnalda de rojo llameante: Auriga.
- La Corona de Dúrin: Corona Boreal. Aparece claramente en los primeros dibujos de Tolkien que representan las puertas de Moria.

Estrellas:

- Nénar, Agua en lo Alto: Vega, muy posiblemente, dada la posición que ocupa en determinadas épocas del año.
- Luinil,Brillo azul’: Sin identificar, se ha querido ver como Vega, o Urano.
- Morwinyon, Chispa del Crepúsculo: Arturo, se le llama también la ‘estrella olvidada’, pues en primavera parece quedar como una estrella olvidada de la Osa Mayor.
- Borgil, Estrella Ardiente: Aldebarán.
- Helluin, Hielo Azul: Sirio. Los Silmarils eran los únicos que superaban su brillo.
- Til: Pertenecería a Canis Major.


Astros:

- Anar: Sol.
- Isil: Luna.
- Elemmíre, Joya Estelar: Mercurio.
- Eärendil, Amante del Mar: Venus. Es uno de los Silmarils, llevado por el navegante Eärendil a través de los cielos. Sería, por tanto, una huella del brillo primigenio del mundo cuando era jóven, y es representada por Tolkien como la Estrella de la Esperanza.
- Carnil, Brillo Rojo: Marte
- Alcarinquë, Glorioso: Júpiter.
- Lumbar, Hogar de la Sombra: Saturno.
- Luinil, Brillo Azul: Urano, aunque el hijo de Tolkien rebate esta identificación, como la de Nénar.
- Nénar, Agua en lo Alto: Pudiera ser Neptuno también, aunque tanto éste caso como el de Luinil lo rebate el hijo de Tolkien, al ser cuerpos celestes de débil brillo en nuestro cielo.


La llegada de los Hijos de Ilúvatar, por Ted Nasmith.

Referencias:
- TOLKIEN, J.R.R.: Silmarillion, ed. de bolsillo, pags. 51 y 52.
- TOLKIEN, J.R.R.: La Comunidad del Anillo, ed. de bolsillo, pag. 114.
- Dra. Kristine Larsen de la Universidad de Connecticut, uno de los estudios interpretativos más serios: http://www.physics.ccsu.edu/Larsen/astronomy_of_middle.htm y cuya traducción se puede encontrar, ilustrada y algo ampliada, en elfenomeno por Javis Felagund.
- Per Lindberg ha elaborado un esquema que completa filológicamente el anterior estudio y nuestra entrada: http://www.forodrim.org/daeron/md_astro.html.

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Wednesday, September 17, 2008

Carta de los Frailes de Salamanca: Fundamento de los Comuneros

De 1520 a 1522 se sucederá en amplios territorios de la Corona de Castilla una situación de rebelión generalizada, denominada la "Revuelta de las Comunidades". Sin embargo, esta revuelta fue más allá de una mera rebelión: de haber triunfado, habría constituido la primera Revolución Moderna, anticipando en prácticamente un siglo lo que luego acontecería en Inglaterra en la Revolución Gloriosa, culminada en 1688 con la entronización de Guillermo de Orange.

Joseph Pérez o Jose Antonio Marvall, como figuras más destacadas del estudio de este proceso, lo manifiestan así, y otorgan una relevante importancia a un documento redactado por los franciscanos, agustinos y dominicos de Salamanca. Este texto será el precedente inmediato que anuncia la próxima rebelión, pues se elaboró ante la partida de Carlos I a Alemania para obtener el título imperial, en 1519. Pronto se convertiría en una especie de manifiesto de la oposición a la política imperial y de la corte flamenca: en definitiva, un programa concreto de las reivindicaciones del movimiento comunero.

J. Pérez y J.A. Maravall lo resumirán en tres puntos: el rechazo a todo nuevo servicio, la conveniencia de rechazar el Imperio (Castilla no tiene por qué sufragar los gastos de un territorio que le es ajeno), y una amenaza: en caso de que el rey insistiera y se negase a tener en cuenta las advertencias de sus súbditos, las Comunidades tendrían que sacar todas las consecuencias de la situación y tomar en sus manos la defensa de los intereses del reino.

El propio concepto de Comunidades y de comuneros será, por primera vez, enunciado en este texto. Sin alargarnos más, pues no se trata ésta sino de una entrada dedicada a publicar este texto en la red, donde hasta ahora parece no estar, éste es el documento en sí:


A los muy magníficos señores, los señores regidores de la muy noble y muy leal ciudad de Zamora.

Muy maníficos señores:

Paz y eterna salud sea con vuestras mercedes y celo y amor del bien común destos reinos y más principalmente del Servicio de Dios.

El reverendo padre guardián de San Francisco y los padres infraescritos hemos hallado presentes a los tratos que se han hecho para enviar los procuradores a las Cortes. Ha sido tan bueno y tan en servicio de Dios lo que se acordó que nos pareció que éramos obligados a notificarlo a vuestras mercedes para que den por conforme al que de acá va y, si hay algún aviso que no cumpla al servicio de Dios y del bien destos reinos y del rey nuestro señor, seamos avisados, porque los regidores u sexmeros de esta ciudad tienen a esto buena voluntad que se conformarán con todo mejor parecer que más cumpla.

Envían poder limitado y, demás de este poder limitado, cierta instrucción firmada de todos los regidores que presentes se hallaron.

Piden en el poder que por ser el negocio que en Cortes se ha de tratar tan arduo, tan nuevo y tan peligroso, requiere mucha deliberación; se dilaten las Cortes por medio año y que se tengan en tierra llana.

Suplican al rey no se vaya y que no dé consentimiento a su partida.

Que no se consientan sacar por ninguna vía dineros del reino ni de las rentas ni de las dignidades ni oficios ni beneficios que el presente están en poder de extranjeros.

Que no se den dignidades ni oficios ni tenencias a extranjeros.

Que no se quite la contratación de las Indias, islas y Tierra Firme, de Sevilla ni se pase a Flandes.

Que los oficios de las dichas islas que no se den a extranjeros.

Que no se consienta en servicio ni repartimiento que el rey pida al reino. De cada cosa de éstas se da en el poder una brevediza razón.

La instrucción contiene que su alteza ponga los de su consejo, así del secreto como del público, en lo que a estos reinos toca, especialmente en los de los reinos de Castilla, que su alteza no dé los provechos de estos reinos a extranjeros sino a naturales.

Que en casa de su alteza se críen los hijos e hijas de los nobles del reino.

En caso de que no puedan impedir su partida, requieran al rey nuestro señor con el debido acatamiento que se case y después que nos dejare sucesiónse vaya y si esto no hubiere lugar le hagan requierimiento con tres o cuatro escribanos que si algo se hiciere cumplidero al bien destos reinos de que su alteza, a parecer de los que le aconsejan la partida, no se tenga por servido, que las Comunidades de estos reinos no caigan por ello en mal caso, que más obligados son al bien destos reinos en que viven que no a lo que pareciere a los que le aconsejan la partida y más en su servicio de estar en ellos y gobernarlos por su presencia que no ausentarse y, en caso de que no aproveche nada de este requerimiento, pedir al rey nuestro señor tenga por bien se hagan arcas de tesoro en las Comunidades en que guardenlas rentas destos reinos para defenderlos y acrecentarlos y desempeñarlos; que no es razón su cesárea majestad gaste las rentas destos reinos en las de otros señoríos que tiene, pues cada cual dellos es bastante para sí y éste no es obligado a ninguno de los otros ni sujeto ni conquistado ni defendido de gentes extrañas.

Que se provea como por entrar moneda en estos reinos de otros salga la moneda de oro, que se alce la moneda de oro al tenor de los reinos comarcanos, porque corra allá nuestro oro y si pareciere se baje en quilates, lo cual será mejor porque no crezcan los rpecios de las cosas y en caso, lo que Dios no quiera, que estos reinos hayan de quedar en gobernadores, lo cual en todas las historias destos reinos, así las modernas como las antiguas, se lee que siempre fueron dañosos, que se provea de gobernadores conforme a las leyes destos reinos y que les quede poder muy bastantísimo, tal que puedan proveer de los oficios, tenencias, dignidades y encomiendas, porque de otra manera serán muy vejados en enviar por provisión a Flandes o a Alemania y no se podrán guardar las leyes que se piden, conviene a saber que no se vendan los públicos oficios y todo se venderá, yendo por ello a Flandes o a Alemania.

Que se modere este desacato a la sangre de Cristo xon tanta multitud de bulas y tanta falsedad como los echacuervos predican y la vejación que a los pueblos se hace, así en detenerlos en los lugares que no vayan a sus labores como en compelerlos indirectamente que tomen las bulas modernas, suspendiéndoles de las viejas, lo cual, aunque el Papa lo pueda hacer, parece injusto, pues dieron sus dos reales.

Item, que en gran escándalo, no sólo la causa de pia en que se debe expender la moneda de la cruzada muchas veces es dudosa u oculta al pueblo, mas es pública voz y fama que los dineros habidos de la cruzada quedan de merced a gente extranjera o fuera del propósito de las pias causas e infinitos males que desto suceden o son públicos, como es disensar con comunmidades en cosas que, aunque sean de jure positivo, se debían de dispensar con particulares, como es en carne y huevos, etc...

Los regidores desta ciudad y la comunidad, porque sin más inconvenientes se hiciese, nos rogaron que escribiésemos a vuestras mercedes porque por manos de religiosos ésta viniere a manos de vuestras mercedes.

Acá se ha hecho ésta contra la voluntad del teniente que quería se diese el poder por cierta minuta que el rey envió.

Están muy determinados todos los regidores, pueblo y clerecía, de estar en esto hasta que les echen los muros a cuestas. No vendrá tanto mal.

Por servicio de Dios, vuestras mercedes hagan lo que de tan nobles señores se espera y nos avisen si otra cosa hay sobre esto que no convenga y, si por ventura hubiere dado poder y no fuere limitado, que lo revoquen, y lo den limitado o den minuta por la cual se rijan los caballeros que fueren o dejen hecho pleito homenaje de no exceder della.

No curen en esto de la justicia, que hacen lo que el rey les manda por temor servil y porque les parezca conveniente. Será muy más fructuoso si es contradicho por la justicia porque más parecerá la voluntad de los que acá quedan, siendo contradicho, que de otra manera y los procuradores tendrán más causa de resistir y tendrán alejados muchos inconvenientes y peligros.

Y porque confiamos que los claros entendimientos de vuestras mercedes tiene Nuestro Señor alumbrados y sus voluntades inflamadas en su amor, aficionadas al bien común, al culto divino, a la conversación deste reino, lo cual todo perecería si no es remediado sobre males tan notorios, parécenos que ofenderíamos a tan generosas y nobilísimas personas en las que persuadir tan grandes bienes y disuadir tan execrables y grandísimos males.

Nuestro Señor prospere en su servicio las magníficas personas y muy católicos ánimos de vuestras mercedes.

De Salamanca, hoy, día de San Matías.


En definitiva, este texto (adaptación, realizada por J.Pérez en su libro de Los Comuneros, del documento conservado en el Archivo General de Simancas, Estado, legajo 16, folio 416.) viene a decir que, en primer lugar, las Comunidades como colectividades locales que tienen ciertas responsabilidades en la vida nacional; en segundo lugar, el carácter social que conlleva este término: la comunidad es el Tercer Estado, el pueblo, lo común, la masa de la población por oposición a los privilegiados y a la traición de la aristocracia, los altos funcionarios y las élites, oponiendo el concepto de comunero al de caballero.
Y en tercer lugar, la comunidad significaría el bien común de la comunidad nacional, opuesta a los intereses personales y dinásticos del soberano. Con todo, estos matices contribuirán a igualar el concepto de Comunidad al de revolución.

Cabría añadir una breve reflexión sobre el actual movimiento "comunero" y del empleo parcial que hace de esta revolución, pero quizás quede para otra entrada.



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