Friday, April 15, 2011

Romance de Fernán González

Castellanos y leoneses tienen grandes divisiones.
El conde Fernán González
y el buen rey don Sancho Ordoñez,
sobre el partir de las tierras y el poner de los mojones,
llamábanse hideputas, hijos de padres traidores;
echan mano a las espadas, derriban ticos mantones;
no les pueden poner treguas
cuantos en la corte sone,
pónenselas dos hermanos,
aquestos benditos monjes.
Pónenselas por quince días,
que no pueden por más,
non,
que se vayan a los prados que dicen de Carrión.

Si mucho madruga el rey, el conde no dormía, no;
el conde partió de Burgos y el rey partió de León.
Venido se han a juntar al vado de Carrión;
y a la pasada del río movieron una quistión:
los del rey que pasarían y los del conde que non,
El rey, como era risueño, la su mula revolvió;
el conde con lozanía su caballo arremetió;
con el agua y el arena el buen rey ensalpicó.
Allí hablara el buen rey, su gesto muy demudado:
—¡Cómo sois soberbio, el conde!, ¡cómo sois desmesurado!
Si no fuera por las treguas que los monjes nos han dado,
la cabeza de los hombros ya vos la hubiera quitado;
con la sangre que os sacara yo tiñera aqueste vado.
El conde le respondiera, como aquel que era osado:
—Eso que decís, buen rey, véolo mal aliñado;
vos venís en gruesa mula, yo en ligero caballo;
vos traéis sayo de seda, yo traigo un arnés tranzado,
vos traéis alfanje de oro, yo traigo lanza en mi mano;
vos traéis cetro de rey, yo un venablo acerado;
vos con guantes olorosos, yo con los de acero claro;
vos con la gorra de fiesta, yo con un casco afinado;
vos traéis ciento de mula, yo trescientos de caballo.

Ellos en aquesto estando, los frailes que ha llegado:
—¡Tate, tate, caballeros!, ¡tate, tate, hijosdalgo!
¡Cuán mal cumplisteis las treguas que nos habíades mandado!
Allí hablara el buen rey:
—Yo las cumpliré de grado.
Pero respondiera el conde:
—Yo de pies puesto en el campo.
Cuando vido aquesto el rey
no quiso pasar el vado;
vuélvese para sus tierras,
malamente va enojado.
Grandes vascas va haciendo,
reciamente va jurando
que había de matar al conde y destruir su condado,
Y mandó llamar a cortes,
por los grandes ha enviado;
todos ellos son venidos,
sólo el conde ha faltado.

Versión del Cancionero sin año, recogida en la edición de Juan Victorio.